Hola viajeros acabamos de volver de una pequeña escapada por Portugal.
Nuestra idea era ir a Madeira y aprovechando las escalas que EasyJet hace, a la ida visitamos durante seis horas Oporto y a la vuelta pasamos un día entero en Lisboa.
Por la mañana temprano salíamos desde Barajas a Oporto. Lo primero deciros que es muy sencillo y rápido ir desde el aeropuerto al centro de la ciudad, sólo tienes que coger un metro. El precio es de 2€ más 60 céntimos que debes pagar por la tarjeta. Allí mismo hay unas máquinas en las que debes comprar tu billete, están en español con lo que es sencillo, elige la zona z4, la frecuencia es de entre 20 y 30 minutos según sea laborable o fin de semana. Nosotros cogimos 2 billetes en cada tarjeta porque solamente íbamos a hacer la ida desde el aeropuerto y la vuelta, allí andaríamos para conocerlo un poco a pie. Una tarjeta no te vale para dos personas con lo que debes comprar tantas tarjetas como personas vayáis. Con un billete puedes cambiar tantas veces sean necesario de metro en el plazo de una hora desde que lo marcaste la primera vez. Ojo que las máquinas no están dentro del metro si no fuera.
El plan del día era desde el aeropuerto ir hasta Mirador Jardim do Morro para ello teníamos que coger desde el aeropuerto la línea morada y bajarnos en Trindade y allí mismo coger la línea amarilla hasta Jardim do Morro.
Así lo hicimos y las vistas espectaculares.
Desde allí recorrimos andando el Ponte D.Luís con unas vistas magníficas de la Riveira y cada vez más cerca. Yo diría que desde aquí salen las fotos más bonitas.
Antes de bajar hasta la rivera hicimos una parada en la catedral con su plaza que tiene bonitas vistas y empezamos a bajar para ver las casitas de colores del río, la bajada desde esa plaza hasta el río es digna de visitar con calles empinadas con casas decadentes de colores.
Y ya abajo la guinda final
Ya desde aquí nuestra idea era volver andando hasta la estación de metro de Trindade pero antes probar la famosa francesina, que es un sándwich relleno, en nuestro caso, con un gran bistec de ternera, longaniza, bacón, mortadela y con un huevo encima envuelto en queso y gratinado sobre una salsa que en este caso nos supo bastante a vino. Había leído por internet y recomendaban un lugar sencillo pero con una francesina riquísima que difícilmente podías acabar, por 11€ te ponían la francesina completa con una fuente de patatas fritas para cada uno. Os dejo el nombre y la foto de ella, el bar se llamaba Piolho d`ouro muy cerquita de la Torre de los Clérigos y justo en frente de una iglesia con un portón precioso que se llamaba la iglesia del Carmen.
Fotos de la carta y del plato.
Ya desde aquí, en 13 minutos fuimos caminando hasta la parada de Trindade para volver de nuevo al aeropuerto y resultó ser una muy agradable y fácil escala.